Asociación de Sacerdotes Secularizados (ASCE) Más sobre la vocación, de David Noriega
Informa ASCE
| José María Lorenzo Amelibia
Más sobre la vocación, de David Noriega
Al menos una ermita... (España Fascinante)
"Hablé con mi obispo, el cardenal Tarancón, y le planteé mi situación. Le dije que en conciencia no iba a hacer la declaración que se me pide que haga, ni a pasar por el interrogatorio de esa ficción en la que no creo, pero que sí me gustaría dejar constancia de mi discrepancia, por qué me hice cura, cuál ha sido mi recorrido y por qué no me siento en conciencia a gusto para llevar una doble vida o actuando como cura cuando discrepo de muchas cosas", explica. "Él envía ese papel a Roma y no vuelvo a obtener noticia ni contestación hasta 2017. Han pasado la friolera de 37 años. Tengo tres hijas, alguna nieta y me llega un papel en el que se me dice que se me ha concedido el permiso para dejar el ministerio", cuenta sorprendido.
Lo que él llama "interrogatorio" es un cuestionario en el que se pregunta por cuestiones "muy íntimas", considera José Ángel. "Tocan todos los puntos: la adolescencia, de niños, por qué entraste, cuál fue el motivo, si fue por dinero, si tu ambiente familiar influyó en ti... Y el tema sexual, si tenías inclinaciones desde muy joven, si tienes relaciones íntimas con mujeres o con hombres, si sales mucho. Son íntimas, porque el documento lo que pretende es justificar que realmente es un caso que merece la dispensa", desarrolla.
El sentido de esas preguntas no ha cambiado en décadas, porque Josemari recuerda el cuestionario como algo "terrible" y "humillante, en el sentido de que te preguntaban toda tu vida, si estabas enamorado, si cumplías la castidad... cosas que son más bien de confesionario". "La autoridad, para resolver, tiene que conocer cuáles son las circunstancias personales y las motivaciones. Eso se puede facilitar con un cuestionario, pero depende de la iniciativa del encargado", justifican las fuentes consultadas.
"Una especie de exilio"
Los escritos suelen incluir una serie de recomendaciones que tampoco han cambiado demasiado. Uno de estos documentos, emitido ya con el Papa Francisco al frente del Vaticano, al que ha tenido acceso eldiario.es, indica que, además de la dimisión del estado clerical, se incluye la dispensa del celibato, de los votos y la absolución de las censuras. Incluye también prohibiciones explícitas. "No puede desempeñar ninguna función en seminarios o instituciones equivalentes"; "en instituciones de estudios superiores (...) no puede enseñar disciplina alguna de orden propiamente teológico o que esté estrechamente unida a la teología"; "en instituciones de estudios menores, que dependen de la autoridad eclesiástica, no puede ejercer de director ni de profesor de disciplinas teológicas", ni dar clase de religión, aunque no dependan de esta autoridad.
A los sacerdotes secularizados que se casen, se les pide que lo hagan "en manera discreta, sin pompa ni boato". Además, incluye otro requisito que deben aceptar: "El sacerdote que ha sido dispensado del celibato sacerdotal y, más aún, el sacerdote que se ha casado, debe mantenerse alejado del lugar o territorio donde se conoce su estado anterior, y no puede ejercer, en lugar alguno, la función de lector, de acólito, o distribuir o ser ministro extraordinario de la Eucaristía", unas tareas que puede realizar cualquier seglar. "Son restricciones que nos parecen exageradas", lamenta Lorenzo, para quien la petición de abandonar la diócesis es "una especie de exilio".
"Es traumático, porque, de manera frecuente, la jerarquía trata a los curas secularizados como a apestados. Tú te lo tragas solo, lo asimilas solo y haces la digestión solo. Yo he necesitado ayuda psicológica. A partir de que te dicen que ya no vayas más a la parroquia es como si te hicieran puenting sin cuerda", lamenta José Ángel. "El cura que abandona el cuerpo, salvo que tenga mucha suerte y el obispo le quiera echar una mano, en la mayoría de los casos se queda con una mano delante y otra detrás. A algunos curas el obispo les mantuvo el sueldo hasta que consiguieron un trabajo distinto. Otras personas, evidentemente, renunciamos", cuenta Ramón. A José Ángel le dieron 1.000 euros.
En cualquier caso, la dispensa no supone que el sacerdote deje de serlo, ya que según la teología católica este sacramento es para siempre. "Aunque se conceda esa dispensa, esa persona sigue siendo sacerdote. Eso es irrenunciable. El sacramento del orden imprime carácter, es una huella en el alma aunque no tenga la condición jurídica de sacerdote", explican los expertos. De hecho, los sacerdotes secularizados pueden, por ejemplo, confesar en caso de extrema necesidad. "Imprime carácter", coincide Josemari Lorenzo, "nunca deja uno de ser sacerdote".
RD 22-2-22
José María Lorenzo Amelibia
Mis referentes
Si quieres escribirme hazlo a: josemarilorenzo092@gmail.com
Mis libros https://www.amazon.es/s?k=jose+maria+lorenzo+amelibia&crid=3PD8ND9URFL8D&sprefix=%2Caps%2C88&ref=nb_sb_ss_recent_1_0_recent
Puedes solicitar mi amistad en Facebook https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3
Mi cuenta en Twitter: @JosemariLorenz2
Mi blog: https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/