"Ser solidarios para ser fraternos, para ser hermanos" Compartir es nuestra mayor riqueza

Vivimos en un mundo en el que el tener está por encima del ser. Un mundo en el que “tanto tienes, tanto vales”
"Pero la realidad es que la felicidad no está en poseer bienes materiales, no está en acumular, sino, como nos dice Manos Unidas, está en el compartir, ahí está nuestra mayor riqueza y nuestro gozo y felicidad"
"Este año 2025, Manos Unidas nos hace una propuesta diferente. No habla de cantidades, pone el acento en el compartir como el mayor gesto de felicidad"
"Comparte y serás rico, comparte y serás feliz, comparte y vivirás el evangelio, comparte y harás feliz, comparte y harás sonreír, comparte y crearás paz"
"Este año 2025, Manos Unidas nos hace una propuesta diferente. No habla de cantidades, pone el acento en el compartir como el mayor gesto de felicidad"
"Comparte y serás rico, comparte y serás feliz, comparte y vivirás el evangelio, comparte y harás feliz, comparte y harás sonreír, comparte y crearás paz"
Florencio Roselló, arzobispo de Pamplona
Vivimos en un mundo en el que el tener está por encima del ser. Un mundo en el que “tanto tienes, tanto vales”. Una sociedad que pone por delante el dinero, el capital, por encima de la persona. Este pensamiento está generando una sociedad insolidaria y egoísta, que contrasta con una sociedad generosa y solidaria. Pero la realidad es que la felicidad no está en poseer bienes materiales, no está en acumular, sino, como nos dice Manos Unidas, está en el compartir, ahí está nuestra mayor riqueza y nuestro gozo y felicidad.
Este año 2025, Manos Unidas nos hace una propuesta diferente. Una propuesta que nos lleva a la felicidad, “compartir es nuestra mayor riqueza”. Una propuesta que nos hace ricos. Es un gesto que hace feliz tanto a quien comparte como a quien recibe. No habla de cantidades, pone el acento en el compartir como el mayor gesto de felicidad. El poseer muchos bienes materiales no es garantía de felicidad, sino el uso que hacemos de los mismos. ¿Qué hago con mi dinero? ¿A qué lo destino? La riqueza no debe de ser un fin en sí mismo, sino un medio, para llegar a los que menos tienen. Dar implica un acto de generosidad, confianza y empatía.

Conviene recordar lo que nos dice Jesús “hay más dicha en dar que en recibir” (Hch. 20, 35). La verdadera dicha que se menciona en esta frase no proviene de lo que se obtiene, sino de la satisfacción que se experimenta al contribuir al bienestar de otro ser humano. El compartir, la solidaridad, el dar lo que uno tiene, me llena de gozo y de felicidad.
Manos Unidas también nos dice que “la verdadera prosperidad significa compartir con los demás lo que tenemos para que a nadie le falte lo necesario”. Mi solidaridad, mi generosidad debe de tocar el fondo de la persona que recibe, le debe de ayudar en su realidad cotidiana y urgente. Como nos dijo el Papa Francisco “Nos privamos de los bienes y recibimos en cambio el gozo del verdadero bien, nos liberamos de la esclavitud de las cosas y ganamos la libertad del servicio por amor, renunciamos a poseer y conseguimos la alegría de dar. Lo que Jesús decía: “Hay más alegría en dar que en recibir” (Ángelus 11 octubre 2015)
Manos Unidas nos invita a compartir, a dar de lo que uno tiene. Pone en valor el hecho de compartir como una gran riqueza que me ayuda a nivel personal. Poner en valor el compartir es poner en primer lugar la solidaridad, la caridad, como un elemento de mi ser de creyente y solidario. Manos Unidas no pone el acento en la cantidad, ni siquiera en la calidad de lo que compartimos, sino en el gesto de compartir, como una riqueza interior del que comparte. “se acercó una viuda pobre y echó dos monedillas, es decir, un cuadrante. Llamando a sus discípulos, les dijo: «En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie”. (Mc. 12, 42-43)
Cuando comparto lo que tengo, inclusive lo que me resulta necesario en la vida, me ayuda a valorar la riqueza. Me ayuda a no malgastar, a gastar solo lo necesario, a valorar el dinero en su justa medida. Cuando comparto lo que necesito me ayuda a pensar en la persona que lo necesita, me ayuda a salir de mí mismo, de mi comodidad, de mi seguridad, para pensar en la persona que lo puede necesitar.
Cuando comparto dejo de ser egoísta para ser solidario, para ser fraterno, para ser hermano. Aquí reside mi riqueza, el valor de lo que soy, no en tener sino en compartir. Este compartir mira sobre todo a los pobres, a los que no cuentan. Mira a los vulnerables heridos en su pobreza, pero también en su interior. Compartir con los que están al borde del camino, con los pobres, inmigrantes, niños, víctimas de trata.
Comparte y serás rico, comparte y serás feliz, comparte y vivirás el evangelio, comparte y harás feliz, comparte y harás sonreír, comparte y crearás paz.

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