¿Danone? No gracias

Esta tarde como cada lunes abrimos el Banco de alimentos de Manresa. Más de 60 familias pasaron a recogerlos para poder comer durante la semana. Una vez que se cerró el local recibí una llamada telefónica desde un “número privado”. La señorita, muy amable, pero a quien se notaba algo raro,- después pensé, tal vez sabía que tenía que hacer el ridículo”- me dijo que llamaba porque yo había hecho una carta a Danone pidiendo una colaboración para el Banco de alimentos.
Efectivamente, el día 6 de septiembre escribí a Danone de la Calle Buenos Aires 21 de Barcelona explicando cómo funcionamos en el Banco de alimentos, y también que la leche y sus derivados están presentes en todos los lotes que preparamos por su valor nutritivo. También indicaba que la gente que viene, son personas derivadas por los servicios sociales del Ayuntamiento, y que Caritas y Cruz Roja colaboran con nosotros; y les pedía que valoraran la posibilidad de colaborar con la donación de sus productos.
Bien, pensé: seguramente tendremos que ir a algún sitio a buscar la donación y esta señorita me lo va a indicar. Razón por la que me preparé para tomar nota. Pero no. La chica no sabía por dónde empezar.
Entonces pensé, tal vez quieran hacerlo a través de un supermercado cercano. Tampoco.
Finalmente me dijo que no podían darnos productos suyos, pero sí unas charlas sobre nutrición. Creí no entender, e intenté ser educada. ¿Cómo? “- Sí, mire, nosotros podemos ir a vuestro Banco de Alimento y dar una charla sobre nutrición a la gente y así ayudamos. En esa charla se podría dar alguna muestra de algún producto, pero básicamente iríamos a enseñarles lo que deben comer y el valor nutricional de los productos….” No pude decir nada, me parecía increíble. Me dijo, que si no era para los usuarios, tal vez a los que lo gestionamos nos vendría bien” …¡Para que compremos sus productos que son fabulosos y que pueden solucionar el problema de la gente..
Quedé desconcertada: ¡a esta no me la esperaba!…. O sea, van a venir a darles una charla a gente que no tiene qué comer para pasarle por las narices unos yogures buenísimos y para decirles: Si los comes estarás fantástico. Pero mira, si no los puedes comparar, no te los puedo dar…
Y más cosas… Comenté la “tomadura de pelo” con la persona que venía conmigo en el coche y que escuchaba la conversación”…. Claro, es como decirle a un enfermo que se curará leyendo el prospecto del medicamento… Pero que no lo puede tomar.
Me pareció una falta de respeto… y una burla.
Pensé: se acabaron los Danones para siempre, y por supuesto, en las compras del Banco de Alimento, cuando tengamos que hacerlas, productos de Danone, ¡ni uno! No les pasará nada, porque son un emporio, pero al menos estaré segura de que no estaremos contribuyendo a que nadie se ría de los pobres, nos tome por imbéciles o pretenda sacar partido de una situación límite.
¿Danone? No gracias.