Jesús “el camino, la verdad y la vida” -Jn 14,6-

La comunidad de Hermanas Dominicas de Manresa, acerca de los hechos acaecidos en la celebración de la Eucaristía y de la Confirmación en el día de Pentecostés de este año en nuestro Convento de Ntra. Sra. de los Ángeles y de Sta. Clara, nos vemos en la necesidad de manifestar lo siguiente:

1. “El Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los Obispos como de la multitud de los fieles. Por su parte, los Obispos son, individualmente, el principio y fundamento visible de unidad en sus Iglesias particulares, formadas a imagen de la Iglesia universal, en las cuales y a base de las cuales se constituye la Iglesia católica, una y única. Por eso, cada Obispo representa a su Iglesia, y todos juntos con el Papa representan a toda la Iglesia en el vínculo de la paz, del amor y de la unidad. (Concilio Vaticano II, " Lumen Gentium" 23)

2. “Los Opispos mismos son los principales administradores de los misterios de Dios, así como también moderadores, promotores y custodios de toda la vida litúrgica en la Iglesia que les ha sido confiada” (Concilio Vaticano II, “Christus Dominus" 15)

3. En el misterio de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, el cual es “el camino, la verdad y la vida” (Cf. Jn 14,6) se da la revelación de la plenitud de la verdad divina y, por tanto, El es el mediador y el redentor universal (“Dominus Iesus" núm. 5 y 11 ).

4. La salvación se encuentra en la “verdad”. La Iglesia ha de ir al encuentro de los que la buscan para ofrecérsela. El diálogo constituye sólo una de las acciones de la Iglesia en su misión “ad gentes”. La igualdad, que es presupuesto del diálogo se refiere a la dignidad personal de las partes, no a los contenidos doctrinales, ni mucho menos a Jesucristo – que es el mismo Dios hecho hombre comparado
con los fundadores de las otras religiones.

La certeza de la voluntad salvífica universal de Dios no disminuye, sino aumenta el deber y la urgencia del anuncio de la salvación y la conversión al Señor Jesucristo (Cf.“Dominus Iesus”. núm. 22)

Aceptamos toda esta doctrina y la hemos creído siempre, juntamente con toda la Iglesia, y queremos hacerla vida y plegaria de acuerdo con el carisma propio de la Orden de los Predicadores.

Manresa, octubre de 2008
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