Pluralidad y respeto

Hace una semana, un grupo de intelectuales y políticos hicieron un manifiesto por la unidad de la lengua, o por la defensa del castellano. Cada uno tiene derecho a decir lo que piensa, y hoy quiero decir lo que suscitó en mi todo este debate, que fue más allá o a partir de dicho manifiesto.

Rosa Diez decía que el castellano no está perseguido, sino los que hablan castellano. Quisiera decirle a ella, y a todos los que no tienen memoria o se niegan a conocer la realidad de mucha gente que hoy, lo que está en peligro, en Cataluña, por ejemplo, es precisamente el catalán, y no ahora, sino desde hace muchos años. Y desde hace muchos años el catalán y los que lo hablan, son los que están perseguidos, y a veces hasta estigmatizados. Imagino que en otras autonomías pasa tres cuartos de lo mismo, pero yo hablo de lo que conozco, en este caso Cataluña.

No podemos olvidar la historia, la historia de los pueblos, y lógicamente las historias de las personas, porque sino, seguro que al hablar desde la parcialidad, herimos a castellanos, catalanes, vascos, a los españoles y a muchas personas con diferentes experiencias y sensibilidades...

Hoy quiero transcribir una carta que escribió el hermano de una monja de mi comunidad en el año 1968. En aquellos años, a las monjas de esta comunidad se les había prohibido –como se hacía en las escuelas y en los diferentes ámbitos- hablar, pensar y rezar en catalán. Era su lengua, muchas venían de los pueblos, y sólo conocían el catalán. Pero como venían de otras comunidades a ayudarlas, ellas debían de acatar las imposiciones y con obediencia de cadáver enterrar, ¡hasta su lengua materna!

Bien, ésta monja de mi comunidad, que hoy tiene 83 años –y es una santa consolidada- hace unos días me entregaba esta carta y se cogía la cabeza y diciéndome: ¿Cómo es posible que hayan pasado estas cosas?

La carta está fechada en Balsareny el 13 de enero del año 1968 y dice así –traduzco del catalán al castellano-.

”Querida hermana:

El frío de estos días nos ha impedido venir a verte, y traerte a tu sobrina, pero tan pronto como podamos vendremos a hacerte una visita.

¿Como estás tú? ¿te encuentras valiente? Una cosa que quería decirte es: ¿Por qué ahora nos escribes en castellano? Hace mil años que la lengua que Dios ha dado a nuestro pueblo es la catalana, y con ella se han escrito páginas de gloria para la literatura universal, y aunque no fuera así, la misma iglesia quiere respeto a todas las lenguas del mundo. No olvides que tanto tú como yo somos hijos de este pueblo, y al pueblo no lo podemos traicionar. Y mucho más cuando éste no disfruta de las libertades inherentes a todos los pueblos. En fin, supongo que no te molestará que reclame esto, no por mí, sino por nuestro pueblo, el pueblo catalán al que pertenecemos.

Recibe un abrazo de todos nosotros y recuerdos para toda la comunidad”.

Hasta aquí la carta. Creo que en medio de la euforia por el triunfo de España en la Eurocopa, es bueno recordar que en Europa hay muchas lenguas y todas se deben respetar; y que en España también, y que todas se deben respetar, porque todo el mundo, y todas las personas tienen derecho a ser respetadas, tal y como son: con su cultura, lengua, raza, religión, color, etc.
Si no hay respeto, no tendremos paz. Yo defiendo el respeto a la pluralidad y a la identidad de las personas y los pueblos.

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