Alguien ha dicho que el agradecimiento es la memoria del corazón, y hoy quiero dejar constancia de cómo celebramos la vida, los que hemos recibido el don de la fe. Celebración que se hace acción de gracias, que es lo que significa el término griego Eukharistia, y que es nuestra manera de celebrar
Es verdad que el mal hace mucho ruido y que el ruido nos hace mal. Tal vez ese ruido ensordecedor del mal y de los profetas de calamidades, hacen que en el concierto de nuestra sociedad, la melodía de la Iglesia y de los creyentes, a veces sea imperceptible, pero no por eso inexistente.
No pocos –con o sin razón- atacan genéricamente a la Iglesia, y a todos nos meten en el mismo saco: A los que comulgamos con algunas cosas y a los que no. Pero bueno, todos somos parte del “mismo cuerpo”, y aquí también pagan justos por pecadores.
Pero hoy quiero contaros, que son muchas las veces, que los cristianos nos reunimos para celebrar que Dios está y hace camino con nosotros: Ni está ausente, ni como comunidad pasamos de él, ni del mundo: al contrario. Hay de todo.
El día siete de octubre, fiesta de la Virgen del Rosario, tuvimos una celebración muy viva en la que quisimos dar gracias a la Virgen por los 800 años de vida de las monjas domicas contemplativas, en este año jubilar. Gracias porque Domingo de Guzmán fue dócil al Espíritu y “inventó” a impulsos suyos una manera nueva de seguir a Jesús en medio de una Iglesia que se caía a trozos por su incoherencia y pecado y de una sociedad feudal sin entrañas.
Cinco días más tarde celebrábamos en el monasterio los veinticinco años de sacerdocio de un amigo. Una celebración íntima que respiraba acción de gracias a Dios por su fidelidad, que había hecho posible la fidelidad del amigo sacerdote y que había fecundado su ministerio al servicio de los hermanos.
Veinticuatro horas más tarde, también en el coro del monasterio, celebrábamos, en el marco de una vigilia de oración, los diez años de matrimonio de una pareja que hizo su camino en comunión estrecha con esta comunidad. Tanto, que su despedida de solteros fue una vigilia similar a esa preparada por los amigos. También en estos espacios de oración fueron presentados cada uno de sus hijos, y como comunidad creyente nos hicimos corresponsables del don de la vida que se les daba. Juntos celebramos la certeza de que Dios teje y entreteje su vida con las nuestras, y nos anima a continuar creciendo de la mano de la fe y animados por la esperanza y el amor.
Anoche nos reunimos para orar miembros de cinco religiones diferentes, también en el monasterio. Estaba presente la comunidad Brama Kumaris, Budista, Islámica, y Católica. En esta celebración se unió al Grupo de diálogo interreligioso, la comunidad pentecostal de Ghana. Excusaron su ausencia los Bahais. Ambiente de fraternidad, de oración, y sobre todo de gratitud por tantos, ¡tantísimos! dones que se nos regalan cada día, y por poder celebrar diferentes razas, culturas y religiones que Dios es uno y nos ama.
Doy gracias a Dios y a tantos amigos y amigas por permitirnos celebrar juntos la vida y la fe; por permitirnos ser testigos de lo que hace Dios en sus vidas y por descubrir lo que hace en las nuestras.
No lo olvidemos, es de bien nacidos, ser agradecidos.
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