Yo quiero ser cristiano

En una ocasión me pidió que rezara por su abuelo que había muerto en Marruecos, y en otra, cuando llamó a la hora de vísperas, le dije que no era hora, que estábamos en la capilla orando. “- Ah, -me dijo- estáis en vuestra mezquita.”
Hace ahora un año ocurrió que además de saludarme me dijo que teníamos que hablar. Por el tono serio de su demanda, lo hice pasar, le serví una taza de chocolate y me dispuse a escucharlo.
Con voz solemne me dijo: “- ¿Qué es ser cristiano?” Antes de darme tiempo a responder a tan inesperada pregunta, me soltó otra: “- ¿Qué debo hacer para ser cristiano? Porque este año, si yo soy cristiano, tendré regalos para navidad.”
Me dejó de piedra y le dije, que si quien le había dicho eso, a lo que respondió diciéndome: “- En el colegio me dijeron los otros niños que a los musulmanes no se les trae regalos porque no creen ni en Jesús ni en los Reyes Magos. Como yo no les creía le pregunté a mi padre que me dijo que yo no tendría regalos porque él no tenía dinero.” Pero la cosa no quedó ahí, mi amigo continuó su razonamiento: “ Si yo soy cristiano, además de regalos, seré rico y podré comprar regalos”.
Mucho me hizo pensar mi pequeño amigo musulmán, y muchas veces me he preguntado: “Si quitamos los regalos, la gran cena y todo el montaje del consumismo: ¿qué les queda a nuestros niños de la Navidad? Son cristianos –de nombre- pero ellos tampoco saben qué celebramos en Navidad.
A los pocos días de este suceso, tuve la oportunidad de comentarlo con el papá de mi pretendido “catecúmeno” que me dijo: “ –Sor, a veces me pregunto, si nosotros quitamos el ayuno del que tanto se habla en el Ramadán, ¿qué queda de este tiempo de gracia para los musulmanes? ¿cuántos musulmanes son consecuentes con lo que celebran en el Ramadán, y cuántos hacemos las oraciones mandadas?”
“¡Yo quiero ser cristiano!” En esta Navidad pido el don de la fe para todos los que buscan la verdad, el bien, la bondad, la felicidad…
“¡Yo quiero se cristiana!” porque así tendré el regalo de la fe en Jesús; porque recordar que se hizo hombre me humaniza; porque saber que se hizo pobre me enriquece, y porque creo que en Él he encontrado un tesoro.
En esta Navidad y siempre, ¡Yo quiero ser cristiana!
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