Tras las medidas del arzobispo Carlos Aguiar Retes decretando que los templos de la arquidiócesis permanezcan abiertos y los sacerdotes continúen “celebrando la Santa Misa en los horarios habituales tanto en domingo como entre semana…”, Basílica de Guadalupe, el mayor santuario de América Latina con más de 20 millones de fieles asistiendo a lo largo del año, emite un documento interno dirigido al Cabildo del santuario, presbíteros, capellanes de coro, estudiantes, diáconos agentes de pastoral y laicos.

Firmado por el rector, Mons. Salvador Martínez Ávila, cuyo asunto es el de la “aplicación de las decisiones comunicadas por el Emmo. Sr. Cardenal Don Carlos Aguiar Retes a propósito del Covid 19”, se precisa que en una reunión extraordinaria de cabildo se delinearon acciones para afrontar la pandemia sin afectar los actos religiosos.

De manera inicial, se afirma que Basílica de Guadalupe “permanecerá abierta al culto público”. No obstante, habrá de darse cancelación de “las peregrinaciones más numerosas” o de alguna forma deberán ser pospuestas hasta que pase la emergencia sanitaria.

La celebración de las misas deberá hacerse en donde exista el distanciamiento de un metro entre personas “para evitar contagios”, controlando accesos a la nave central y abreviando el tiempo de celebración sin exceder de media hora. Actos de celebración penitencial serán realizados en el templo expiatorio. En este sentido, en dichos actos litúrgicos puede concederse la absolución general de los fieles asistentes con las condiciones previstas, a fin de que sean perdonados sus pecados sin necesidad de la confesión auricular.

Se prevé igualmente la movilización ágil de los visitantes para admirar el sagrado ayate de Juan Diego “semejante al del doce de diciembre para que los visitantes pasen por las bandas inferiores y procedan a salir del santuario sin permanecer detenidos dentro de él”.

El documento señala que no se descartaría la modificación de las acciones dependiendo el agravamiento o mitigación sanitaria” y concluye invocando la maternal protección de la Virgen de Guadalupe.

DIOCESIS DE CELAYA ENDURECE MEDIDAS, SEMANA SANTA SERÁ PRIVADA

La diócesis encabezada por el obispo Benjamín Castillo Plascencia incluso fue más allá de las meras recomendaciones para amagar a los sacerdotes que celebren cualquier misa pública. En un comunicado, determina que, desde el 23 de marzo, el presbiterio deberá celebrar sin pueblo incluso los servicios de semana santa, “a menos de que la autoridad sanitaria lo permita”.

Si bien sigue la línea de templos abiertos, Mons. Castillo amagó a sacerdotes que “no se sometan a estas disposiciones” con las sanciones canónicas correspondientes sin especificar cuáles serían.

“Sabemos que estas medidas pueden ser duras y que para algunos pueden parecer excesivas; sin embargo, está en juego la salud y vida de muchas personas”.

Castillo Plascencia no vaciló que tales acciones en la diócesis de Celaya deben tener un “cumplimiento riguroso” por el que se manifiesta el amor al prójimo y expresión de la fe “que pide sacrificarnos para contribuir a la creación de condiciones positivas para la superación definitiva de la crisis que estamos pasando”.