#cuaresmafeminista2025 LLAMADA CÍCLICA

| Martha Eugenia, Mujer Mariposa
¿Cuánto crees que la Madre/Padre celestial te ama? ¿Con qué frecuencia piensas que te lo hace saber, sentir?
Nos han enseñado que Dios es amor, y es incierto, porque su esencia es AMOR, de donde surge todo, es la fuente, el origen, por tanto su nombre es DIOS AMOR.
Aunque pareciera un referente sintáctico, si lo analizamos podemos entender que no es lo mismo decir Dios es amor, que DIOS AMOR. Ya que amor, no es un referente o adverbio de cómo es; sino un alusivo o sustantivo de qué es.
En esta cuaresma que iniciamos, DIOS AMOR una vez más, nos llama a cada uno por nuestro nombre, para recordarnos que este lapso es de gracia, ya que tanto se derrama su ser AMOR en cada una de nosotras sus creaturas, como nos lo recuerda a través de su Palabra, especificando que LIMOSNA, ORACIÓN Y AYUNO son caminos básicos para poderlo comprender y llevar a cabo la misión para la que fuimos creados.
Limosna que es necesaria dar de muy diversas formas y continuamente, proveyendo a todos, en especial a los más frágiles como ha sido la enseñanza de vida del Maestro. Siendo el ser femenino uno de los seres más necesitados, así como los niños, los enfermos y los ancianos. Ya que por costumbres patriarcales y machistas han sido relegados de muchas maneras.
Mateo 6,3 Pero cuando tú des limosna, no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te lo recompensará.
Para poder llevar a cabo este conocimiento a una práctica respetuosa es necesaria la comunicación continua con DIOS AMOR, que se logra a través de la oración. Siendo ésta el tú a Tú con la OTRA/OTRO, que se nos muestra y nos hace sentir su esencia AMOR.
Donde en esta práctica de comunicación, es decir la oración, se experimenta a la Madre/Padre Amor que vivifica, renueva, consuela y guía.
Lucas 5,16 Jesús se retiraba a lugares solitarios y oraba.
No obstante es vital ejercitarnos en una práctica laboriosa que en estos días está muy olvidada o hecha a un lado despreciativamente, el ayuno.
Ayunares ir en contra de lo que la sociedad patriarcal enseña, porque hacerlo es templarse, fortalecerse en la disciplina para buscar el bien personal y comunitario. Ya que en la carestía se aprecia la abundancia de tener algo o del esfuerzo por conseguirlo. En contraste, hoy se nos inculca que somos merecedores de todo y con inmediatez, sin importar la otra o el otro. El objetivo es conseguir lo que quiero, sin tomar en cuenta a los demás. Por lo que si lo que yo quiero lo consigo sin importar que violente a otro y en especial a otra que es más frágil, lo hago ya sea verbal, física o mentalmente.
Mateo 4,1-2 "Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.”
El ejemplo de Jesús ayunando en el desierto mientras se preparaba para comenzar su ministerio público es influyente. Señala el papel del ayuno en la búsqueda de fuerza y guía de Dios.
Por eso en esta CUARESMA, es tiempo de interpelarme, ¿si la Madre/Padre Dios Amor me llama una vez más, siquiera sé que lo hace invitándome a vivir lo que también Jesús ya experimentó obedientemente? ¿Cuál es mi respuesta? ¿Actúo sororamente guiando a otras en este camino? ¿Promuevo la justicia desde mis circunstancias? ¿Me preparo para actuar con equidad en este mundo globalizado que me invita y empuja hacia el egoísmo y la flojera como acciones diarias? ¿Con mi actuar contagio a otras a luchar por un espacio de igualdad y libertad?