¿Desaparecerán las religiones en este siglo?

La prospectiva es una ciencia que no tiene relación alguna con la futurología ni con la adivinación del porvenir. Puede ser considerada como ciencia, mientras que éstas otras no son sino engaños basados en subterfugios para engatusar a gentes timoratas o desprevenidas. La prospectiva parte de hechos, acontecimientos y sucesos cuyas causas son ciertas. Tiene mucho que ver con la estadística. En ella se fundamentan las previsiones económicas, los seguros, etc.

Daniel Dennet es un reconocido profesor universitario y filósofo, dedicado toda su vida a las ciencias cognoscitivas, conciencia, intencionalidad, inteligencia artificial y memética. En 2006 publicó Breaking the Spell: Religion as a Natural Phenomenon (Romper el hechizo: la religión como fenómeno natural. Paidós. Madrid 2007) donde hace prospectiva sobre la religión.

Él mismo, optimista vital, se da un plazo de 25 años para ver con sus ojos la transformación de las religiones en algo que más o menos supondrá su desaparición efectiva del entorno social.

Con palabras suyas, en el artículo “La evaporación del poderoso halo de misterio de la religión" dice:

“en unos 25 años casi todas las religiones habrán evolucionado hasta convertirse en un fenómeno diferente, de modo que en los rincones del mundo la religión no ejercerá el sobrecogimiento que ejerce hoy”.


La prospectiva de que hablábamos arriba se está haciendo realidad en nuestros días: en los países civilizados, donde la educación, la cultura, la instrucción y el ocio son elementos sustanciales de la sociedad, la religión ha reculado hasta límites difícilmente previsibles hace cincuenta años.

En primer lugar, y como dice D. Dennet, hoy día los dictados y dicterios religiosos no espantan a nadie. Los terrores infernales, los miedos eternos, el espanto ante una eternidad condenada, como poco generan una sonrisa conmiserativa. Más importante es el hecho de que la doctrina religiosa no influye en las decisiones de los Estados ni de los individuos.

Por otra parte, la marginación de los cultos religiosos es un hecho constatado, por no hablar de su transformación en folklore o sentimentalismo barato, donde una "blanca paloma" reúne a miles, millones de individuos, sedientos de "sensaciones que no se pueden explicar, que hay que vivir", en nada diferentes a una Final Copera.

En el polo opuesto, el de la inteligencia al servicio de la fe, dígase lo mismo de tanto enjundioso estudio teológico como surge de los antros universitarios ligados al credo: folklore científico. Ahí no hay fe ni religiosidad alguna, hay estudio antropológico o literario, arqueología, etc. etc. Ganas de "entretenerse" con los subproductos de la fe.

Otro de los factores que conducen a la religión al reino de la evaporación es el envejecimiento biológico no sólo de sus funcionarios sino de sus fieles prosélitos.

De muchas y variadas maneras lo hemos venido diciendo en este Blog a lo largo de estos últimos seis años. Las religiones, por más que en los últimos tiempos se hayan regenerado y tornado más civilizadas --contradictoriamente, más "humanas"-- que en siglos pasados, no pueden competir en velocidad con la civilización actual, en constante mutación.

La argumentación en la que nos hemos venido centrando y explayando gira en torno a estas ideas, de las que también los funcionarios de la fe son conscientes:

1) Falta de vitalidad interna, anquilosamiento del mensaje, esclerosis de los ritos, reiteración de ideas...

2) Nula repercusión social: quizá "nula" sería demasiado, pero en los asuntos sociales y políticos que más importancia tienen para el bienestar de los individuos, la doctrina de la Iglesia no cuenta nada.

3) Velocidad de las comunicaciones: hoy cualquier asunto digno de convertirse en noticia, tabmién el procedente de la Iglesia, es conocido y discutido en todo el mundo en el mismo momento en que se produce. Lo que sucede en el Vaticano ya no es secreto para nadie, porque siempre habrá un Bertone para contarlo. Los misterios religiosos, que no son tales, quedan desvelados hasta en tertulias de café, la verdad de su verdad queda al descubierto...

4) El conocimiento del tinglado en que viven y del que se sustentan las religiones es causa de escándalo que en nada les favorece. Podrán ser los escándalos de pederastia que hoy aparecen y son juzgados en occidente. O el contraste entre el despilfarro de catedrales, santuarios, vaticanos... y la pobreza y miseria en que viven los fieles "predicados".

La "asimetría de la explosión de la información”, como dice Dennet, es y será uno de los factores determinantes en la extinción de las religiones, al menos en el modo y manera de presentar sus "productos" al mundo.

“Con la difusión mundial de la tecnología de la información (no solo Internet sino los celulares, los radios portátiles y la televisión) ya no es posible para los guardianes de las tradiciones religiosas proteger a sus jóvenes de la exposición a este tipo de hechos (y claro está, a la desinformación y basura de todo género) que gentil e irresistiblemente mina los modos de pensar que son requisito para el fanatismo religioso y la intolerancia".


“...el fervor religioso de hoy es, finalmente, un desesperado intento de nuestra generación por tapar los ojos y oídos de las generaciones venideras, y no está funcionando”. “Los jóvenes se alejan calmadamente de la fe de sus padres y abuelos. Esa senda continuará, especialmente cuando los jóvenes sepan cuántos de sus iguales están eligiendo esta opción de bajo perfil”.
Volver arriba