Los que se sirven de los niños catalanes, vascos y gallegos.



Ayer me enteré de que hay una día al año dedicado "al español", que precisamente es el 20 de junio. Y también sé que hoy es el "Día Europeo de la Música". Quedémonos un rato más con el día de ayer para ver si se pone algo de mesura en esto de las lenguas autonómicas.



Hace algún tiempo abordamos muy de paso el asunto “lenguas autonómicas” frente a lengua nacional. Volvemos sobre ello porque el problema no sólo no ha remitido sino que ha aumentado. Incidimos por el hecho de que el asunto de la “lengua”, puede marcar de manera sustancial el futuro de los niños. No es posible callar ante eso.



Y no entramos en ello para decir lo que para muchos es obvio y lo que para otros, los escudados en la legalidad, es constitucional, sino para añadir otros aspectos también dignos de consideración.



¿Piensan "esos políticos" verdadera y realmente en la gente, en las personas, cuando inmersionan a los niños de manera absoluta en lenguas minoritarias? ¿Piensan en cómo incidirá el sesgo lingüístico en el porvenir de esos niños? Se me ocurren algunas consideraciones que no he visto esgrimidas “por ahí” cuando se habla de la lengua, de la inmersión lingüística y del lenguaje curricular.



Cuando los "pujoles" de turno comenzaban en Cataluña a incordiar al vecindario con la cosa de la lengua, se me ocurrió pensar que dentro de 20 ó 30 años podría aparecer un anuncio de este tenor en periódicos nacionales:



Anuncio. PROFESIONALES DE LA LENGUA.


Se necesitan dobladores de cine, correctores de pruebas de libros, locutores de radio, presentadores de televisión, profesores de español para extranjeros, profesores para el Instituo Cervantes, redactores de anuncios, profesores para Academias de español en Brasil, Japón y China, bibliotecarios, traductores al castellano...

Sueldo neto mensual 2.300 € más incentivos.

Absténganse los formados en Cataluña, en el País Vasco y Galicia.




¿Qué pensarán los padres que tan orgullosamente "inmersionaron" a sus niños en lenguas minoritarias?



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Vayamos ahora a otro punto de vista del problema de la lengua, cuando conviven en el mismo estado lengua de dominio común con lengua regional. Son razones que tienen que ver con el tráfico. Lo mismo que las matrículas de los vehículos ya son todas “españolas” [ya no me abrirán otra vez el coche en Valencia sólo porque tenía matrícula de Madrid y así debería ser con la lengua]: para asuntos que atañen a todos y en concreto para aspectos de la seguridad vial en que puede estar en peligro la vida, sí, la vida, se debe imponer desde el gobierno central una ÚNICA LENGUA en las señales de tráfico.



Es obvio decir que dichas señales no son para los que viven “ahí”, que circulan por las carreteras sin mirarlas, sino para los que pasan “por ahí”. Es decir, sirven –o no sirven— para los viajantes, comerciales, turistas, transportistas, visitadores, trotamundos, excursionistas y caminantes de la Ruta de Santiago. Principalmente.



Si ya de por sí las que hay son farragosas y en muchos lugares amontonadas, de tal manera que a veces resulta imposible saber hacia donde tiene que ir si uno no lleva acompañante –no hay más que ver la señalización de todas las M de Madrid--, añádase a ello la doble rotulación en autovías principalmente donde la velocidad impide cerciorarse con seguridad sobre la vía a seguir o la salida a tomar. Cuando uno quiere saber qué dirección tomar o qué salida es la adecuada, ya se ha pasado.



Pues, lo dicho, ¡que sigan con doble rotulación para facilitar las cosas!



Otro considerando digno de tenerse en cuenta: los planos que se venden en España ya tienen doble grafía, la nacional y la autóctona. Pero no debería ser así. Si se miran las cosas con imparcialidad ¿importa algo que Vitoria se llame Vitoria o Gazteiz? Sí, dice el cerril nacionalista. ¿Se puede parar a pensar qué añade a la ciudad tal denominación?



Pero aun concediendo esto, hay muchísimos pueblos y villorrios que aparecen en los planos con la denominación tradicional o que el conductor de toda la vida conoce con su nombre castellano o el plano que ha comprado en Insbruck viene todo en castellano... ¡Dejen la denominación principal, la que se ve a primera vista, en la lengua común y a la entrada del lugar pongan lo que les dé la gana!

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Otro asunto relacionado con la lengua hace relación a la flagrante injusticia que supone el que un catalán, un vasco o un gallego pueda presentarse a oposiciones en TODO el territorio nacional y sin embargo el currito madrileño no pueda recibir igual trato... porque no domina el idioma, que incide sustancialmente en la puntuación final. Y esto no es un hecho sujeto a opinión: lo he vivido en mi trabajo y lo estoy viviendo en mi familia. ¿No pueden pensar siquiera que... ¡ya lo dominará! con el tiempo, cuando pueda trabajar en tal Comunidad? ¿No son más importantes el currículo y los méritos profesionales?



¡Ay, cuando la lengua se usa para cualquier cosa menos para lo que es, para entenderse la gente! Señores habitantes de Cerrilato de Arriba: la lengua es un medio para un fin determinado. La lengua sirve para comunicar ideas y pensamientos, para entenderse la gente. Como tal es un acervo más de la cultura. No cambien su fin principal.



Por sus pagos afirman que ¡no, no hay problema “ahora” con la lengua! Eso dice el que siempre dice sin decir nada. ¡Qué estulticia más grande haber oído esto de labios de un gobernante de “este país”! Y no se le cae la cara de vergüenza. ¡Claro que no la hay “ahora”, cuando el 90% se entiende en "la otra lengua"! Pero los problemas vendrán dentro de diez, quince o treinta años. Y los problemas los tendrán quienes no dominen el castellano.



El verdadero estadista, no el político de medio pelo, debe prever el futuro, hacer política a largo plazo y no enredarse ni enredar con triquiñuelas que tienen un tufo demagógico y populista que tira para atrás. La cuestión es confundir. Y confunden en su beneficio y provecho. Confunden sobre todo al que no es muy dado a pensar en las segundas intenciones y en las consecuencias. Porque, sí, los políticos machiembrados, que nunca han sabido hacer otra cosa en su vida que atornillarse a su poltrona y predicar sin el ejemplo, siempre engañan hablando de “el bien del pueblo”. ¿Bien del pueblo privarle de la lengua común?



Sigan los aspirantes a taifas buscando su propio peculio y acomodo, que esto les explotará por alguna parte en sus propias narices. ¿Les sirve el anuncio de arriba? Tiempo al tiempo.
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