Seguimos dando primicias mundiales. Y de importancia. En el Vaticanpo se acaba de recibir una carta del obispo Williamson presentando excusas por el daño causado por sus imprudentes declaraciones en un tono y con un contenido que ha sorprendido muy gratamente.
Creo que es un paso más en el deseable entendimiento con ese grupo eclesial que no se encontraba en perfecta comunión con Roma. El cardenal Re piensa que si hubiera habido más comunicación entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X se hubieran ahorrado muchos problemas. Gracias a Dios la buena voluntad de Su Santidad está siendo perfectamente acogida por los seguidores de monseñor Lefebvre.
Las declaraciones del obispo Williamson, ciertamente muy desafortunadas, aunque no negara la maldad del nazismo, fueron hechas hace unos meses por lo que su emisión por la televisión sueca haciéndolas coincidir con la publicación del decreto levantado la excomuniones parece evidente que es un intento de desprestigiar a los lefebvristas y, sobre todo, al Papa.
Así como me felicitaba por la intervención el obispo Fellay pienso que la reacción de monseñor Williamson debemos también encuadrarla en una firme decisión de la Fraternidad por llevar a buen fin el restablecimiento de la plena comunión.