Una vela al diablo

Me contaba un Obispo sudamericano lo que le había ocurrido cuando visitó a unas personas humildes y pobres. En una casa bastante oscura había colgado en la pared un cuadro antiguo, con una vela delante. El obispo quedó intrigado porque no reconocía al personaje del cuadro. Y cuando preguntó a aquella buena gente de qué santo se trataba, le dijeron: “es el diablo”. La vela, según la explicaron, estaba allí por precaución, porque conviene poner una vela a Dios y otra al diablo.

Leer más
Volver arriba