Memoria histórica. El agnosticismo de Tierno Galván

Fundamento del agnosticismo
¿Qué es ser agnóstico? El agnóstico cree en un último Fundamento del ser. Su problema es que no comprende cómo ese último Fundamento pueda ser personal.
"Hay una cierta incomprensión respecto del agnosticismo y de lo que es ser agnóstico. Las gentes tienden a interpretarlo como una especie de ateísmo y no es eso. Es más, en los agnósticos, en bastantes agnósticos, con frecuencia se da la dualidad de una conciencia inquieta que tiene tendencia a conectarse oracionalmente con el Fundamento y una razón que no comprende la escatología eclesiástica, de cualquier Iglesia que sea, y que no comprende cómo puede haber un Dios personal trascendente. Es decir, que el agnóstico está finalmente convencido de que la religión es necesaria y el agnóstico tiene sus compromisos con el Fundamento. Lo que no ve es personalizado ese Fundamento."
El agnóstico frente a los cristianos
El agnóstico no tiene inconveniente en dialogar y colaborar con el creyente. Se siente muy cercano a él en el ámbito de una cultura cristiana.
"Yo tengo amigos creyentes, no simplemente creyentes sino con el fundamento de la creencia en el reconocimiento de la chispa divina y de sus posibilidades. Diría Santa Teresa: "Esa chispa de Dios que no se apaga en cada uno de los hombres". Y no hay inconveniente en dialogar con ellos y en analizar los problemas con ellos.
Desde luego nuestra pretensión es la de colaborar, la de entender cada vez mejor el problema de la fe y, sobre todo, un cristianismo evangélico, un cristianismo que tiende a vencer el rito y que practica la verdad evangélica como verdad de luz. A eso está muy próximo el agnóstico, porque el agnóstico está metido, quiérase o no, en el ámbito cultural cristiano...
La religión católica es el 90 por 100 de la cultura de parte de Occidente y, concretamente, de España. Y el cristianismo es el 90 por 100 de la cultura occidental"
Como alcalde de Madrid, agradezco la generosidad de muchos cristianos
La verdadera fe compromete al creyente con sus hermanos. Hay mucha gente buena trabajando en los barrios:
"Toda fe es positiva. La fe auténtica y cultivada. No esa fe que no se puede llamar fe, esa aberración negativa y cerrada, Luzbel... no. La fe positiva, clara y abierta, produce una actitud generosa...
Hoy en los barrios de Madrid hay mucha gente de fe que está trabajando con los humildes y los está defendiendo. Y eso, para nosotros, no sólo es respetable sino que es una gran ayuda."
Cuando me operaron y rezaron por mí...
Un año antes de su fallecimiento fue operado de urgencia. Recuerda con emoción las atenciones, también espirituales, que recibió de los madrileños:
"Cuando en la grave intervención quirúrgica que sufrí en febrero, me enteré de que muchos conciudadanos madrileños cristianos rezaban por mi, sentí un enorme agradecimiento. Porque yo creo que en la economía del cosmos (un cristiano diría que en la economía de la creación) todo influye. Nada se pierde en el orden del espíritu, y estoy seguro de que eso me ayudó."
Asistir a misa con respeto y admiración
En 1979 le preguntaron qué le impedía dar un paso hacia el cristianismo. Su respuesta fue: "La fe. Es la actitud que permite estar en un templo con una absoluta autenticidad respecto de su significado total". A pesar de esa ausencia de fe, sus sentimientos en un acto religioso eran de comprensión y compromiso afectivo:
"A veces tengo que asistir a misa por razón de mi cargo o motivos sociales, y sigo la misa con el mayor respeto y, en muchas ocasiones, no sólo con respeto sino con admiración y muy vinculado emocionalmente al proceso... Un templo ayuda a reflexionar..."
Me gustaría cerrar tema con un bello y sincerísimo poema, Santos recintos, de Leopoldo de Luis, también agnóstico, seducido también afectivamente por la magia de la religión y sus lugares sagrados...