Obispos contra religiosos Comunión no es sinónimo de obediencia

(J. B.).- Escriben nuestros obispos uos "cauces operativos" para mejorar la comunión entre la jerarquía y la vida religiosa. "Iglesia particular y vida consagrada" es el título del documento, que cuenta con una extensísima introducción teológica, en la que se viene a explicar por qué estos "cauces" no son sino exigencias de una parte hacia la otra. Como si la comunión fuera sinónimo de obediencia ciega.

No soy obispo, ni religioso, así que la cuestión no debería ser de mi incumbencia. Pero cuando se plantea la fe en términos de obediencia en lugar de hacerlo como un gesto de libertad, de vida, de alegría, de presencia profética, y cuando se exige "adhesión de mente y corazón" (¿se puede exigir adhesiones al corazón?) a cualquier decisión del ordinario del lugar -como, por otra parte, ya se hace, desde hace tiempo, con teólogos y con el pueblo "llano"-, lo único responsable es ejercer la libertad de decir: es intolerable.

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