Su compromiso como sacerdote y obispo León XIV: Un nuevo papa para viejos retos

"No conocí personalmente al obispo Robert Prevost. Su ámbito de actuación abarcó varias décadas en el norte del Perú. Sin embargo, he oído hablar a menudo de su buena labor"
"Misionero, obispo comprometido, prefecto de los obispos… Solidario, práctico y decidido. Más hechos que palabras, valiente ante los retos. Tras este largo y valioso compromiso, se ve que León XIV quiere y va a continuar lo que el papa Francisco ha subrayado con hechos y palabras"
"El nuevo papa se enfrenta a un mundo de incredulidad donde crece el descontento con las religiones establecidas. Esto plantea a la Iglesia numerosos retos que León XIV debe afrontar, también viejos temas como la renovación de la Iglesia, presencia de los laicos, el celibato, ordenación de hombres casados…"
"Por supuesto, León XIV actuará según su personalidad y su manera de ser, y es una realidad y un signo de esperanza para la Iglesia y para la humanidad"
"El nuevo papa se enfrenta a un mundo de incredulidad donde crece el descontento con las religiones establecidas. Esto plantea a la Iglesia numerosos retos que León XIV debe afrontar, también viejos temas como la renovación de la Iglesia, presencia de los laicos, el celibato, ordenación de hombres casados…"
"Por supuesto, León XIV actuará según su personalidad y su manera de ser, y es una realidad y un signo de esperanza para la Iglesia y para la humanidad"
| Luis Zambrano, sacerdote diocesano de Puno
No conocí personalmente al obispo Robert Prevost. Su ámbito de actuación abarcó varias décadas en el norte del Perú. Sin embargo, he oído hablar a menudo de su buena labor. Al principio fue misionero, viviendo de forma sencilla y amable entre la gente. A menudo afirmaba que había aprendido mucho de ella. Era, por tanto, un sacerdote misionero, pero, al mismo tiempo, misionado.
Entre los obispos, era uno de los más comprometidos. Este grupo no permitió que el cardenal Cipriani le quitara la independencia a la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, su participación fue importante para que el Papa Francisco cerrara definitivamente, hace unos meses, esa especie de congregación, llamada «Sodalitium». Esta institución católica de carácter sectario, creada en Lima en 1971, llegó a abusar frecuentemente de sus miembros, incluso sexualmente…
En el 2015, Robert Prevost fue nombrado obispo de Chiclayo. En esta diócesis los obispos del Opus Dei habían gobernado durante 54 años, desde 1961 hasta 2015. Como sucesor de ellos, con la mayoría de los sacerdotes del Opus Dei, Prevost no buscó la confrontación, sino la colaboración. Por su parte, con cristianos de buena voluntad, inició con éxito una reforma pastoral con los siguientes ejes: espiritualidad; escucha a las personas y a las comunidades; trabajo firme con los laicos, mujeres y hombres; pastoral social, que había sido descuidada en las últimas décadas.

En situaciones difíciles, siempre se mostró muy solidario, práctico y decidido. Por ejemplo: en la época del terrorismo, estuvo al lado de los afectados con un acompañamiento constante.
Durante la pandemia, organizó a la población junto con las autoridades y consiguió la compra de dos equipos de oxígeno. En varias inundaciones, prestó una ayuda continua a través de Cáritas. Cuando llegaron a Chiclayo grandes cantidades de migrantes procedentes de Venezuela, los acogió y creó "Casas de refugio". Solía decir: «Yo también soy un migrante».
La gente del norte de Perú, especialmente de Chiclayo, tiene muchos recuerdos de su bondad, cercanía, sencillez y amabilidad, más hechos que palabras, valiente ante los retos. Además, en determinadas situaciones políticas, siempre ha expresado una opinión crítica. Por ejemplo, criticó la liberación del exdictador Fujimori y le exigió un perdón sincero a sus víctimas. Hace dos años, cuando el Gobierno de Dina Boluarte mató a 50 manifestantes a través de las fuerzas uniformadas, Prevost se pronunció a favor de las víctimas y sus familias.
Desde enero del 2023 es prefecto de los obispos. Desde entonces, los nombramientos episcopales en el Perú han mejorado, pero no en todos los casos. Siguen en el cargo obispos contra los que pesan muchas acusaciones y que no son queridos por el pueblo. Corregir esto es una tarea difícil, pero necesaria.
¿Qué cabe esperar?
Tras este largo y valioso compromiso, desde el comienzo de su pontificado se ve que León XIV quiere y va a continuar lo que el papa Francisco ha subrayado con hechos y palabras, como la condena de las guerras y la búsqueda incansable de la paz, el amor a la Madre Tierra (Pachamama) y su defensa, también el apoyo a los migrantes. Además, Procurará una Iglesia pobre y de los pobres, una Iglesia de la periferia, en la que se tome en serio a los laicos, hombres y mujeres, y se luche contra el clericalismo y los abusos sexuales por parte de algunos obispos y sacerdotes. Seguirá dando importancia a la sinodalidad, así como a la aplicación del Concilio Vaticano II en el sentido de Francisco, a la transparencia económica en el Vaticano y a la continuación de la reforma de la Curia.

Por supuesto, León XIV actuará según su personalidad y su manera de ser, marcada por su tradición agustiniana. Y también como norteamericano que ha vivido y trabajado intensamente durante casi 40 años como misionero en el Perú. En pocas palabras, León XIV es una realidad y un signo de esperanza para la Iglesia y para la humanidad.
Esto no significa que León XIV sea perfecto. Cuando un periodista le preguntó al papa Francisco sobre sí mismo, él respondió: «Soy un pecador y alguien que comete errores».
De una cosa estoy seguro: si León XIV continúa con las reformas necesarias, diversas personas y grupos, que quieren permanecer en las costumbres del pasado, lo atacarán con fuerza, tal como lo han hecho con Francisco.
El significado de León XIV
El teólogo Leonardo Boff dijo, cuando Jorge Bergoglio se convirtió en Papa: «Con Francisco comienza una serie de papas latinoamericanos». Con León XIV se ha cumplido esta profecía. Es interesante señalar que el nuevo Papa es norteamericano y que trabajó durante mucho tiempo como misionero en el Perú, en Latinoamérica. A través de él, no solo se hace visible la Iglesia latinoamericana, sino también la de Norteamérica. Por lo tanto, él representa a la Iglesia de toda América. Esto le da algunas ventajas: conoce al monstruo desde dentro y puede enfrentarse a Trump y a los suyos con argumentos más claros. También puede transmitir el mensaje de la Iglesia latinoamericana a la Iglesia norteamericana. Y eso será fructífero.

Al fin y al cabo, el nuevo Papa se enfrenta a un mundo de incredulidad, por ejemplo, en Estados Unidos, Europa y Australia, donde crece el descontento con las religiones establecidas. Esto plantea a la Iglesia numerosos retos que León XIV debe afrontar, pero que sus predecesores no pudieron hacerlo: replantearse la organización milenaria de la Iglesia en parroquias dirigidas por un sacerdote, en las que se ha enfatizado el sacramentalismo en detrimento de la evangelización y que las ha convertido en centros de negocio religioso. En sus doce años de pontificado Francisco condenó esa práctica. La renovación de la Iglesia mediante la promoción de una pluralidad de comunidades, con una presencia decidida de los laicos, más allá de las fronteras territoriales es un reto enorme.
Otro reto es la abolición gradual de la obligación del celibato para los sacerdotes, introducida en el siglo XII. Además, como primer paso, tomar en serio la ordenación sacerdotal de hombres casados. Este es un clamor de toda la Iglesia.
Como vemos, se trata de una serie de retos. Solo hemos esbozado algunos de ellos. El cambio no depende solo del papa. Todos los creyentes, dondequiera que nos encontremos, estamos llamados a contribuir a la renovación de la Iglesia y del mundo.
UNA NUEVA IGLESIA ES POSIBLE
UN MUNDO NUEVO TAMBIÉN ES POSIBLE
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