Salesianos en España

Mañana 31 de enero, la Congregación Salesiana celebra la fiesta de su fundador, San Juan Bosco (1815-1888). Con este motivo, en todos los centros de salesianos de España se están desarrollando distintas actividades para recordar, junto con los jóvenes, al “padre y maestro de la juventud”, como Juan Pablo II definió al Santo.

Este año, la fiesta de Don Bosco coincide con un momento especial para la Congregación. Las seis provincias (Inspectorías) en las que están divididos los salesianos en nuestro país, están celebrando sus respectivos Capítulos provinciales, con el fin de preparar el Capítulo General de la Congregación que se celebrará en 2008 y que ha sido convocado por Pascual Chávez, el Rector Mayor.

Estos capítulos, y el General, tienen como eje la identidad carismática y la pasión apostólica para, en palabras del Rector Mayor, “volver a Don Bosco para despertar el corazón de todo salesiano”. Este tema se está reflexionando en cuatro áreas: la urgencia de evangelizar, la necesidad de convocar a la vida consagrada salesiana, la exigencia de vivir en pobreza evangélica, y el desafío de ir hacia las nuevas fronteras de la misión planteadas por el mundo de los jóvenes hoy.

En España trabajan 1308 salesianos en colegios, centros juveniles, parroquias, centros de atención a jóvenes en riesgo de exclusión, escuelas de tiempo libre y catequesis, editoriales y librerías. Junto a ellos, miles de educadores, animadores y catequistas colaboran, según el estilo educativo heredado de San Juan Bosco, en esta tarea de evangelización de la juventud, especialmente de los ambientes populares. Hoy, la Congregación Salesiana viene haciendo un gran esfuerzo por formar profesional y carismáticamente a todos estos colaboradores con los que se comparte la misión.

En el campo de la enseñanza, la Congregación presta una especial atención a todo lo referido a la Formación Profesional. De los 98 centros educativos salesianos en España, y que imparten desde Infantil hasta Bachillerato y FP, 70 ofrecen FP con el fin de preparar a los jóvenes para insertarse en el mundo del trabajo, siguiendo la finalidad marcada por San Juan Bosco de hacer “buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Más de 4.500 profesores atienden a unos 80.000 alumnos que acuden a los colegios salesianos.

Una obra característica de los Salesianos, desde la fundación de la Congregación, es el centro juvenil (84 en España) y el oratorio (99). Son estructuras destinadas a la educación de los niños y jóvenes en el tiempo libre y en la maduración en la fe. En este tipo de obras se atiende a 11.300 jóvenes y a más de 14.700 preadolescentes y adolescentes. Además de los religiosos, colaboran 2100 animadores y otros 975 están en formación.



La atención a jóvenes en situación de riesgo o de exclusión social, se realiza a través de 100 proyectos sociales que llevan adelante las plataformas sociales salesianas. En la actualidad son 51 centros extendidos por todo el Estado, donde se atiende a más de 10.000 destinatarios entre chicos, jóvenes y adultos en situación de riesgo social. Estos proyectos, en colaboración con los ayuntamientos y gobiernos autonómicos, funcionan gracias a la labor de 400 trabajadores y más de 1000 voluntarios. Atención a inmigrantes, acogida de menores, educación para la salud, inserción de las mujeres, trabajo con población reclusa, inserción social y laboral, entre otros,

En España, por otra parte, hay 73 parroquias (y 24 iglesias públicas) que las diferentes diócesis han confiado a la Congregación Salesiana. La mayor parte de estas parroquias se encuentran en zonas populares y, siendo un servicio a la Iglesia Local, intentan mantener algunas características propias de la Congregación como la opción juvenil y popular, la dimensión educativa y la dimensión comunitaria.

Ciertamente esto son sólo cifras que quieren reflejar una actividad que se está desarrollando en favor de tantos chicos, jóvenes y adultos. La Congregación salesiana, en el campo de trabajo que la Iglesia le ha encomendado, sigue hacieno presente el estilo de San Juan Bosco. Religiosos y seglares, entre dificultades y fallos, intentan de diversos modos ser "signos del amor de Dios" en nuestro mundo.

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