Preparad, obispos y vicarios, vuestras visitas pastorales VI.- Visitas pastorales de obispos y sus vicarios
Para los Obispos.
| Francisco MACAYA
VI.- Visitas pastorales de obispos y sus vicarios
(Dedicaremos 19 post, durante alrededor de 3 meses, a este tema de Visitas pastorales de obispos y sus vicarios)

Francisco Macaya, vicario episcopal década de los 90
Después de la segunda visita:
Querido amigo: De verdad, esta visita segunda que he vuelto a hacer a los amigos sacerdotes, ha sido altamente positiva. Si de mí sólo dependiera la repetiría cada tres meses. Todos, como sacerdotes, deseamos conectar unos con otros para revivir nuestro sacerdocio. Para "remover las brasas de la gracia que se nos dio por la imposición de las manos".
Sé que al menos recibir una carta cada tres meses es posible. Por eso te escribo. Esta carta la mando a todos. Si alguno me escribe en particular, además de ésta, le enviaré la contestación a la suya. ¡Qué alegría me da la mutua comunicación con cada uno de los amigos! A través de los contactos de quienes mantenemos un mismo ideal, profundizamos en nuestra fe. Así va creciendo el amor a Dios y a nuestros semejantes.
Te voy a comunicar algo que llevo muy hondo en mi corazón: Como a ti, me agrada dialogar con las personas sobre temas religiosos y humanos. Compruebo lo a gusto que escuchan y con cuanto interés preguntan, cuando les hablamos desde la experiencia de nuestra fe. Esto me da una alegría grande. Pero a la vez constato en muchos que desde la primera comunión no han vuelto a participar en la Eucaristía ni han recibido el perdón de sus pecados. Muchos hasta han perdido la conciencia de pecado. ¿Te acuerdas de aquello que decía Pío XII "En muchos lugares se está perdiendo la conciencia de pecado"? Ahora nosotros lo estamos comprobando.
Muchas veces me entran ganas de llorar. Pero con lágrimas nada hacemos. Menos aún haremos si nos cruzamos de brazos y nos quedamos tan tranquilos. ¡Señor, danos un poco de fuego como el que consumía a Francisco Javier y a tantos otros santos, como a San Pablo!
Cristo ha dispuesto que la religión se difunda a través de nosotros. Nuestros mayores nos la comunicaron. Ellos han partido y ahora nosotros llevamos la antorcha. Querido amigo, no nos la dejemos apagar.
Tú y yo somos millonarios de la bondad de Dios y también de su misericordia. ¿Verdad que con frecuencia se siente uno estremecer ante esta sublime realidad? Pero tal vez te ocurra algo parecido a lo que me sucede a mí algunas veces: siento angustia ante mi poca operatividad. Muchas veces pienso que las palabras se las lleva el viento y hacen poco caso de cuanto les digo. Pero otras, por el contrario, noto que calan hasta el fondo del alma. Palpo la gracia de Dios y tengo que exclamar aquello de: "siervos inútiles somos."
Voy formando cada vez más en mí este criterio: Aprovechar toda ocasión para evangelizar. Merece la pena. Cada vez la gente lleva más ganas de hablar de lo que yace en el fondo de su alma: el tema religioso. Estoy convencido: la gente se aburre con el placer y bienestar. Busca lo trascendente. Ojalá, Señor, seamos instrumentos válidos en tus manos para la conversión.
Ahora me viene a la memoria aquello de los de Emaús, cuando Jesús desapareció de su lado. Tal vez porque, mientras escribía esta carta me encontraba muy cerca de cada uno de vosotros y de Él: "No estaba ardiendo nuestro corazón cuando nos explicaba las escrituras en el camino de Emaús"? ¡Arder para incendiar! Ese celo sacerdotal pido constantemente para nosotros. ¿No te fijas también cómo arde muchas veces tu corazón simplemente cuando lees un texto del Nuevo Testamento meditado desde tu juventud? ¿O cuando oyes una canción religiosa de los albores de tu primera conversión? Dios es bueno con nosotros. Pido al Señor que nosotros lo seamos de verdad con El desbordándonos en nuestros hermanos.
En fin, ya me he desahogado contigo, ya te he hablado de lo que llevo más en el fondo de mi alma. ¡Ojalá me contestes!
Hemos renunciado al matrimonio para entregarnos del todo Él, para ser testigos del Reino, de la vida eterna ante un mundo, para darnos sin reservas. Pido a Dios que no vayamos ahora cogiendo migajas de este siglo. Hemos de animarnos unos a otros con nuestro testimonio. Dios nos ama y quiere seguir dándose a nosotros, a cada uno como en los mejores tiempos. Pero hemos de ponernos "a tiro" y dedicar una hora por lo menos, sin otro quehacer a la oración y lectura de libros de espiritualidad. Entonces volverá nuestra palabra a hacerse cálida y nuestra acción a ser del todo espiritual.
A veces nos parece que con la primera entrega al Señor es suficiente. Y no lo es. Es preciso renovar nuestra entrega muy a menudo.
Tenemos que animarnos unos a otros. Tenemos que romper esa capa externa que nos hace como distantes, siendo así que todos llevamos en el alma el mismo ideal. Hemos de romper el hielo y animarnos unos a otros.
José María Lorenzo Amelibia
Mis referentes
Mis libros https://www.amazon.es/s?k=jose+maria+lorenzo+amelibia&crid=3PD8ND9URFL8D&sprefix=%2Caps%2C88&ref=nb_sb_ss_recent_1_0_recent
Mis Conferencias: “Reflexiones sobre enfermos y debilidad” https://www.ivoox.com/podcast-reflexiones-sobre-debilidad-enfermos-ancianos_sq_f12362122_1.html
Mi correo es
josemarilorenzo092@gmail.com
Mi blog:
https://www.religiondigital.org/secularizados-_mistica_y_obispos/
Mi cuenta en Twitter: https://twitter.com/JosemariLorenz2
En Facebook:
https://www.facebook.com/josemari.lorenzoamelibia.3