Cuando venga el Hijo del Hombre…

El Evangelio de Lucas nos relata una pregunta que lanza Jesús a sus oyentes: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”.

Me pregunto, en el marco de la preparación inminente de la Navidad: Jesús, ¿encontrará fe en la tierra?¿la encontrará en los cristianos? ¿encontrará dónde reclinar la cabeza?

Lo cierto es que sea cual sea la respuesta que demos cada uno a esta pregunta, Él no deja de venir, de llamar a nuestra puerta, de pedir si hay lugar para Él en la posada de nuestro corazón. Él vino, viene y vendrá, pero, ¿nos encontrará preparados?

Desearía que ya que viene, nos encuentre a los cristianos unidos en el amor, porque ésto es lo único que realmente le importa.

Dicen que a las primeras comunidades cristianas las reconocían por el amor; la gente decía: “¡Mirad cómo se aman!”, y esto a pesar de las dificultades que surgían entre ellos: se amaban y se les notaba.

Han pasado muchos siglos y años desde que los cristianos celebramos la Navidad y desde que hay comunidades de discípulos de Jesús. En mi carta al Padre –y a los Reyes- le pido que este año, cuando venga Jesús encuentre que al menos “algo” ha cambiado en el corazón de los cristianos, y que la fe sea vida, sea amor.

Ojala el Padre y los Reyes reciban mi carta, y hagan que a los discípulos de Jesús de hoy, también se nos reconozca por el amor mutuo, y que no se nos “conozca” por la pena que damos cuando nos herimos los unos a los otros haciendo “capillitas” o “catedrales” en lugar de hacer “Iglesia”. Desearía que nos dé el Espíritu de Jesús para que sepamos escucharnos los unos a los otros, amarnos, respetarnos.

Que la Navidad nos haga más humanos, capaçes de acoger a todos, también a los que piensan diferente.

Que tengamos una feliz Navidad; que haya paz en los corazones, paz en la Iglesia, paz en el mundo, y paz en ti que ahora estás leyendo estas letras.

Feliz Navidad, y que Jesús, el Hijo del Hombre, encuentre fe, esperanza y mucho amor cuando venga este año a visitarnos. Y que se encuentre tan acogido, que poniendo su tienda entre nosotros, la gente descubra que está entre nosotros porque nos amamos como Él nos ama.

www.dominicos.org/manresa
Volver arriba