#retopascualfeminista Pentecostés: presencia femenina de Dios

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| María Esperanza Córdoba Sosa
Para celebrar el día de Pentecostés que echa por tierra el caos de Babel, me he venido a visitar una familia humilde, trabajadora, creyente y misionera que me ha recibido en su hermosa y espartana casita en medio de las montañas colombianas. Hoy, sentada junto a un pequeño raudal de agua fresca que me conecta con la presencia femenina de Dios, pasó por el corazón el itinerario pascual con las compañeras de camino: Norma Melara, el domingo de ramos nos recordó que es tiempo de convertirnos en perfume de Cristo, derramando amor, misericordia y perdón. Amor que nos embargó el jueves Santo en la cena de despedida y, misericordia -sentir con las entrañas- que nos abrazó en el perdón sanador el viernes Santo.

Es esta profunda experiencia la que llenó de luz el sepulcro vacío, como nos invitaba a contemplar, María Andrea González Benassini el domingo de Resurrección, tomadas de la mano de María Magdalena, la discípula amada y de innumerables mujeres que van de luto a las fosas comunes en búsqueda de esperanza, justicia y reparación. Mujeres que ven y corren y juntas buscan que se frene tanto dolor y tanta muerte, para que florezca la paz, como nos invitaba a orar Carmen Pisso el II domingo de Pascua, con algunas preguntas lanzadas al corazón en busca de respuestas desde nuestro ser de mujeres. Y, nos exhortaba a seguir luchando contra el miedo y a continuar experimentando la presencia de Jesús Resucitado que a pesar del horror y el desconcierto nos dice: "La paz con vosotras" Y, esa paz, como nos recordaba de nuevo la compañera Norma el III domingo de Pascua, nos lleva a caminar un camino de liberación y empoderamiento en la ruta de fe de Emaus; un camino marcado de huellas de fe, esperanza y vida renovada. Vida renovada de hijas e hijos de Dios Madre como nos compartía en su reflexión, Amaya Modrego en el IV domingo de Pascua. Una vida en abundancia donde todas y todos podamos participar de la gran mesa redonda y plural, donde nadie queda afuera, porque somos del mismo y único redil: Espacios que generan vida y devuelven dignidades, como nos invitaba a pensar con el corazón, Luz Mery Bermeo de los Ríos, iluminándonos con la lectura del V domingo de Pascua a través de preguntas generadoras: ¿Qué sería para nosotras hoy, permanecer?...¿Permanecer en qué?...¿Permanecer por qué?...¿Cómo permanecer?... Preguntas que nos ayudó a responder desde el corazón, María Luisa Paret García, el VI Domingo de Pascua, cuando nos recordó que sólo el Amor es la respuesta.

Y, que la amistad es la relación sororal y fraternal que sublima este amor. Amistad, que nos vuelve a recordar nuestra compañera Carmen el VII domingo, día de la Ascensión, como una invitación a que sin miedos, sigamos siendo anunciadoras de la Buena Noticia a la humanidad sedienta de paz y amor. Y hoy, día de Pentecostés, Magda Terán concluye este itinerario con un "Paz a vosotras mujeres, que no se dejan agarrotar por el miedo y la duda; que siguen dando luz en la oscuridad llevando con su presencia, la Buena Noticia de la liberación y la alegría de la Ruah consoladora.