Reflexiones sobre el divorcio.

Si tuviera que hablar de dificultades matrimoniales podría referirme a mis padres o a casos conocidos. Tanto mi padre como mi madre son personas de muchísimo carácter. Les cuesta soportarse el uno al otro, porque donde uno dice A el otro dice B, y al final de la disputa gana el más cabezota.

Legalmente mis padres figuran como un matrimonio casado. En la actualidad se encuentran separados aunque no figuran como tal. Siempre he creído que la separación ha sido la mejor opción, aunque se dio en las más curiosas circunstancias. Para mi como si fuera una bendición de Dios.

A raíz de separarse las discusiones han disminuido mucho en casa, incluso el desánimo de mi madre. Por otra parte discutiendo menos, emerge también lo mejor de mi padre.

Todo ocurrió hace un año, mi abuela paterna se puso muy mala, y tras quedar paralizada de todo el lado izquierdo de su cuerpo, además de algo atontada, aparecieron en el horizonte dos opciones. Meterla en una residencia o bien meterla en su casa y buscarla gente que la acompañase. Mi padre no estuvo dispuesto a meter a mi abuela en una residencia, y optó por irse él a vivir con ella y buscar gente que la cuidase durante el día. Metió en casa a unas paraguayas que atienden a mi abuela, y desde entonces allí vive para más tranquilidad de todos, y para orgullo de sus hijos de tener un padre que hace lo que pocos hacen o se atreven a hacer.

Si mis padres algún día se divorcian a mi no me va a parecer mal. Ya soy mayor, he visto 24 años de discusiones familiares, y si no ocurrió lo que ocurrió ahora hace muchos años, es porque se mantuvieron unidos por sus hijos, y sobre todo por mi madre, que siempre ha tenido muchas dificultades para encontrar empleo.

Yo he tenido la suerte que mis padre han podido llegar hasta donde están, y sin odiarse. Tuve una vecina que se divorció de su marido, le estuvo chantajeando con los hijos para sacarle todo el dinero que pudo, y un buen día ya crecidos los hijos, el exmarido cortó el dinero y a tomar el fresco. Tengo otro caso conocido donde la mujer se iba tirando a los compañeros de trabajo del marido, cosa insólita porque muy pocas mujeres ponen cuernos, pero así fue y el pobre hombre a canarias y la mujer y los hijos a disfrutar del piso en Madrid. O el caso de una amiga de mi madre, casada con un Sudanés y divorciada porque se dio a la bebida, y eso que lo prohíbe su religión, y empezó a pegarla a ella y a sus hijos, y para colmo quien mantenía l hogar era ella.

Dos exprofesoras mías colegio han vivido matrimonios mal avenidos, una de sus padres, ella se identifica mucho con mi caso y yo con el suyo, y otra con su marido que tuvo una aventura y la dejó, para meses después de separados querer regresar. Más detalles no cuento.

Y luego conozco el matrimonio de unos amigos de mis padres, 15 años casados y se divorcian, y 8 años después regresan juntos después de divorciarse, pero ahora no se quieren casar, sino vivir junto.

Yo solo he conocido un matrimonio inmaduro, uno que duró 14 días. La mujer se casó con él habiendo tenido una aventura borracha el día de la despedida de soltera. Él por su orgullo no la perdonó al enterarse después de la boda y la abandonó.

Cuando a mi me hablan en ese plan acusica a los matrimonios que hoy se divorcian acusándoles de inmadurez, de ninguna forma veo reflejado el caso de mis padres, que algún día lo formalizarán. Pero tampoco veo reflejado el caso de muchos amigos míos o conocidos. Mis obispos parecen saber mucho de matrimonios divorciados, pero realmente no saben nada. Para conocer las dificultades familiares no hace falta vivirlas, simplemente hay que sentarse y escuchar a quienes las han padecido.

Desde luego no he visto hasta ahora destruirse familias por un matrimonio gay o por aprobarse una ley del divorcio. Lo que ya está roto no se arregla prohibiendo el divorcio. En algunos casos se arregla solo tras haberse roto, y en otros no se arreglará ya vengan los mejores sicólogos o los mejores asesores en familia de este país o del país vecino. No es inmadurez en lo que yo he visto. En ocasiones la vida emocionalmente más estable y tranquila es en no pocas ocasiones la separación o el divorcio antes que seguir con alguien que te crea a diario problemas y quebraderos de cabeza, que no es que sean sin importancia y puedas transigir como en otros muchos casos, es que si transiges puede ser negándose a uno mismo o alienándose.

Desde luego el consejo de mi madre estará siempre presente, primero convive y luego te casas. Y la verdad es que estudiando mi ciencia pienso que la física teórica está muy bien y es genial, pero la última palabra la tiene la física experimental. Con el matrimonio igual, la teoría es muy bonita genial, pero como siempre la realidad es quien tiene la última palabra.
Volver arriba