El amor, ¡qué tema tan bonito para hablar!, podríamos estar toda la vida hablando y aún nos quedarían cosas por decir.

Todo en el mundo gira en torno al amor: las películas, la música, etc. Luego, si un cristiano te habla de él, parece que está loco o que se ha "metido" algo. Las personas se pueden enamorar de todo: pájaros, flores, personas… y de Dios.

Cuando se hacen las cosas por amor, por norma general siempre se consiguen los objetivos que nos planteamos: "sarna con gusto no pica". Hay muchas películas de soldados, de héroes... entre otras, en las que cuando el "bueno" está casi vencido y ya no puede más, al decirle que matarán a la persona que más quiere, en ese momento, el protagonista saca fuerzas de donde no las hay y acaba venciendo al "malo".

El querer a los demás no es fácil, pero es bonito y te da fuerzas para seguir luchando, para seguir queriendo, para seguir viviendo. El cristiano tiene que ser sinónimo de amor, amor a todo el mundo. Este amor dura siempre, muchos personajes históricos a lo largo de su vida han dicho que esto está acabado, pero sigue durando y durará siempre. Porque Dios es amor. Texto: Sara Gracia, aspirante.