¡Feliz Domingo de Pasión! Comienza la última semana de Cuaresma. ¡Aprovéchala! Así, de un plumazo, voy a dar un buen avance en el catálogo BWV. Las obras que te traigo son sencillas, simples, pero están enraizadas dentro de la tradición luterana. No en vano, si hay algo característico de esta religión son sus corales. Bach era consciente de ello y por eso quiso dedicarle su sabia mano a estas melodías que todos se sabían de memoria.

Como suele ser mi costumbre, empecemos con algún detalle de la vida de Johann Sebastian Bach (1685-1750), maestro alemán nacido en Eisenach. Sobre la muerte del compositor han corrido ríos de tinta. Parece ser que falleció debido a la conjunción de tres factores: diabetes, debilitamiento y un colapso. Se suele decir que la causa fue una operación de la vista a cargo de un eminente oculista británico. Sin embargo, parece ser que lo único mal que ocurrió tras las dos operaciones a la que se vio sometido es que no pudo ver por ninguno de los medios, pero la propia operación no fue causa de la muerte. Sin embargo, es seguro que el maestro quedaría débil tras ella; si a eso le sumamos la falta de medicamentos y las condiciones de la época, tenemos más factores que contribuyen a ello. Esa como fuere, esa serie de desgraciados acontecimientos desembocaron en su muerte el 28 de julio de 1750.

Lo que te traigo yo es una gran cantidad de corales armonizados por Bach. Los corales para los luteranos eran (y son) melodías al estilo de nuestro canto llano. Si bien sobre el canto llano se han construidos grandes composiciones polifónicas, los corales se han armonizado. Es decir, se ha construido una arquitectura habitualmente a cuatro voces, habitualmente casi en paralelo, pero que Bach supo de darles calidad con su mano maestra. El objetivo era práctico, evidentemente, es decir, que los coros de las distintas iglesias los cantasen, de forma que animasen a la congregación también a cantar. Son obras que, afortunadamente, se han conservado en nuestros días y siguen usándose en la liturgia luterana con total frescura.

La partitura de estos corales conseguirla aquí.

Te aviso que cada vídeo tiene una duración de casi una hora, así que dosifica la escucha para que no se haga monótona.

La interpretación es del Coro de la Radiodifusión de Berlín dirigido por Robin Gritton.

BWV 253-301


BWV 302-342


BWV 343-388


BWV 389-438