Todo es política y no toda es buena
Todos hacemos política. Porque nuestras acciones tienen repercusiones en los demás, para bien o para mal.
Todos hacemos política. Porque nuestras acciones tienen repercusiones en los demás, para bien o para mal.
Entre los cristianos, el servicio siempre es recíproco. Aunque, a veces, en nuestras comunidades es tentador abusar de la bondad de las personas, convirtiéndolas en servidoras de los que no sirven.
Un cristiano, ante las personas humilladas por los dictadores de nuestro mundo, no debe predicar humildad a los humillados, sino trabajar por su dignidad y su liberación.
El pontificado de Francisco tiene sus características propias. Pero, en contra de lo que algunos opinan, su magisterio hay que situarlo en continuidad con el de los Papas anteriores.
En Jesús no hay ningún asomo de condenación. En el Dios de Jesús sólo hay cielo, no hay infierno. El infierno se lo monta el ser humano al alejarse de Dios.